Virginia prendió el ventilador que se apagará pronto para evitar que muchos colombianos “ilustres” se “resfríen”
La Diva de los ochenta
enchufó el ventilador,
y este en cada vuelta
salpicó a un senador
que quería gobernar
con un señor Escobar,
porque dicen que la escoba
cuando es nueva barre bien,
y esta escoba si barrió
hasta al propio senador.
Esta escoba paseó
por palacios muy lujosos,
barrió el camino de muchos
oligarcas envidiosos,
políticos muy dudosos
y lambones andrajosos,
que querían el poder
tan sólo para joder
a miles de compatriotas,
a quienes siempre les vieron
en la cara las pelotas.
Según la “Diva de Oro”,
apellidos muy sonoros
como Betancurt y López,
Santofimio y Samper,
cerraron fuerte los ojos
con el fin de nunca ver,
el dinero que la escoba
les barría a sus píes.
Ella, dejó entrever,
que los políticos “buenos”,
acudían a la escoba,
para volverse más buenos;
que los malos, siempre buenos,
adoraban a la escoba
que les donaba el dinero,
para mantenerse firmes,
en el grupo de los buenos;
porque los malos son otros,
yo, tú, él y nosotros,
que solo ponemos votos.
Lo triste de esta historia,
es que quitarán la luz
para detener las aspas
de este gran ventilador,
con el loable objetivo
de evitar que se resfríe
tanto político bueno
que en la cara se nos ríe.
enchufó el ventilador,
y este en cada vuelta
salpicó a un senador
que quería gobernar
con un señor Escobar,
porque dicen que la escoba
cuando es nueva barre bien,
y esta escoba si barrió
hasta al propio senador.
Esta escoba paseó
por palacios muy lujosos,
barrió el camino de muchos
oligarcas envidiosos,
políticos muy dudosos
y lambones andrajosos,
que querían el poder
tan sólo para joder
a miles de compatriotas,
a quienes siempre les vieron
en la cara las pelotas.
Según la “Diva de Oro”,
apellidos muy sonoros
como Betancurt y López,
Santofimio y Samper,
cerraron fuerte los ojos
con el fin de nunca ver,
el dinero que la escoba
les barría a sus píes.
Ella, dejó entrever,
que los políticos “buenos”,
acudían a la escoba,
para volverse más buenos;
que los malos, siempre buenos,
adoraban a la escoba
que les donaba el dinero,
para mantenerse firmes,
en el grupo de los buenos;
porque los malos son otros,
yo, tú, él y nosotros,
que solo ponemos votos.
Lo triste de esta historia,
es que quitarán la luz
para detener las aspas
de este gran ventilador,
con el loable objetivo
de evitar que se resfríe
tanto político bueno
que en la cara se nos ríe.
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